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Did you know the Word of God (the Christian Bible) speaks directly against what governments are doing with Covid-19 vaccine mandates? Get the facts here
¿Sabía que la Palabra de Dios (la Biblia cristiana) condena de manera directa lo que los gobiernos están haciendo a través de los mandatos de vacuna contra el Covid-19? Obtenga los hechos aquí.
The Third Man by Angela Sheffield is based on a true story. Read chapter one now!
Perhaps you practice yoga for health reasons, or to reduce stress. But, do you really know the diabolical goal of any form or style of yoga, including pilates? Get your answers here
Quizás practiques yoga por motivos de salud o para reducir el estrés. Pero, ¿realmente conoces el objetivo diabólico de cualquier forma o estilo de yoga, incluido el pilates? Obten tus respuestas aquí.
The spirit you think is mom, dad, or some other loved one from beyond the grave is NOT your loved one. But, what about the "proof" that the living can indeed talk to the dead? Let God's Word open your eyes to a deception that is pure evil. Read Spirits Of The Deceased
El espíritu que parece ser tu madre, padre o algún otro ser querido tuyo desde el más allá NO es tu ser querido. Pero, ¿qué hay de "la prueba" de que los vivos pueden comunicarse con los muertos? Permite que la Palabra de Dios te abra los ojos para que veas el engaño que es de la maldad pura. Te invitamos a leer ¿Están los muertos entre los vivos?
Christians and believers in the Bible, the Word of God calls for the death penalty for first degree murder, rape, and other acts of violence. The Bible tells us to behold the goodness AND the severity of God whose Word--including in the New Testament--does NOT speak against capital punishment Read the scriptural proof now.
Cristianos y creyentes en la Biblia, la Palabra de Dios pide la pena de muerte para el asesinato en primer grado, la violación y otros actos de violencia. La Biblia nos dice que contemplemos la bondad Y la severidad de Dios, cuya Palabra -incluso en el Nuevo Testamento- NO habla en contra de la pena capital. Lea ahora la prueba bíblica.
Lo que leemos en la Biblia tiene que ver con todos los seres humanos, sean cristianos o judíos, ateos o agnósticos, budistas, musulmanes o adherentes a alguna de las filosofías o nuevas religiones que surgen en el mundo. ¿Por qué? Ver mayor información sobre este interesante libro.
Hoy es muy común que se predique y practique una doctrina muy peligrosa, que dice: “Respeta mi religión, yo respetaré la tuya, y no hablaremos de la divinidad de Jesús”. Pero esta actitud ¿se condice con la Palabra de Dios? No, claro que no. De hecho, en la Biblia hay una advertencia muy seria en cuanto a que callemos y no enseñemos y razonemos sobre la divinidad de Cristo por medio de las Escrituras. Veamos el capítulo 18 del libro de los Hechos. El versículo tres nos dice que la actitud del apóstol Pablo no era la de “respete mi religión y creencias y yo respetaré las suyas al no hablar de la divinidad de Jesús”. Por el contrario, leemos que “discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos… testificando a los judíos que Jesús era el Cristo” (Hechos 18:4-5).
La Biblia dice que Pablo “persuadía” a judíos y griegos y que daba testimonio de que Jesús era el Cristo. El término “Cristo” significa “ungido” en griego. En algunos pasajes de la Biblia encontramos “Mesías”, equivalente a “Cristo” en hebreo. Así que el Cristo era el Mesías y el Mesías era el Cristo. Las dos palabras significan lo mismo. Pablo, entonces, utilizaba este razonamiento y se esforzaba por persuadir a judíos y griegos para que aceptaran la verdad de quién es Jesús. Su mensaje era: “Judíos, Jesús es su Mesías y su Mesías es Dios. Griegos o gentiles: Jesús es su Salvador y su Salvador es Dios”.
Pablo no rehuía a los argumentos más feroces que surgían o estallaban cada tanto, y la gente furiosa contra esta verdad brutal blasfemaba. Leemos que “oponiéndose y blasfemando éstos…” (Hechos 18:6). Hay algunos comentarios y Biblias en paráfrasis que afirman que la blasfemia de estas personas consistía en insultos en contra de Pablo y/o Jesús. Las Escrituras no especifican si los insultos eran en contra de Pablo, de Jesús, o de ambos. Pero sí sabemos que decían algunas cosas muy feas en oposición a las enseñanzas de Pablo sobre la divinidad de Jesús. Sin embargo nada de todo esto hacía que Pablo dejara de predicar la divinidad de Cristo, como lo evidencia gran parte del Nuevo Testamento. Las Escrituras nos dicen que estas acaloradas discusiones se dieron en Corinto. Pero luego, cuando Pablo viajó a Éfeso, sucedió lo mismo. Razonaba con los judíos (Hechos 18:19). Recordemos que aunque Pablo había sido enviado a los gentiles tenía que obedecer el mandato de Dios en cuanto a la difusión del evangelio, que era ir primero a los judíos (Romanos 1:16).
Pablo nunca fue complaciente respecto de algo tan serio como el razonar con judíos y griegos respecto de la divinidad de Jesús. Pero ¿cómo sabemos que es algo tan serio? Porque Hechos 18: nos dice que es muy peligroso dejar de proclamar la divinidad del Mesías de Israel y Salvador del resto de nosotros. Todo lo peligroso debe tomarse en serio. Hechos 18:6 dice: “Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio…”.
Notemos que Pablo dice que él está limpio DESPUÉS de haber tratado de razonar y persuadirlos para que creyeran que el Mesías de Israel es el Señor. Les dice “vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza” solo DESPUÉS de que ellos persistieran en su negativa a aceptar quién es Jesús, y después de blasfemar. ¿Qué nos indica esto? Nos muestra que si no hubiera razonado con ellos y argumentado sobre quién es Jesús, no habría estado limpio a los ojos de Dios. Nos dice que la sangre de esa gente habría estado sobre la cabeza de Pablo, y no sobre la de ellos. Incluso el Señor le mandó a seguir insistiendo en quién es Jesús. Dios le dijo a Pablo: “No temas, sino habla, y no calles” (Hechos 18:9). ¿Por qué entonces hay algunos, en especial entre aquellos que se autodenominan líderes cristianos, que les dicen a los creyentes que hagan justamente lo contrario? “Respeta mi religión. Yo respetaré la tuya, y no hablaremos de la divinidad de Jesús”. Eso no es un consejo que viene de Dios. Más bien, se opone diametralmente a Su Palabra.
¿Diremos que los intentos de Pablo por persuadirlos de que Jesús era el Cristo equivalen a decir que intentaba persuadirlos de que Jesús es divino? Por supuesto. La Biblia nos revela que tanto los judíos como los gentiles entendían muy bien que cuando Cristo dijo que Él era el Hijo de Dios, estaba hablando de Su propia divinidad. Sin lugar a dudas, Jesús estaba diciendo que Él era Dios hecho carne. Precisamente por eso Le acusaban de que Se autodenominaba Dios. Leemos que “Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio Padre, HACIÉNDOSE IGUAL A DIOS” (Juan 5:18).
¿Podemos eludir la responsabilidad que tenemos de predicar la divinidad de Cristo diciendo que no somos Pablo, que no somos apóstoles? Bueno, tampoco lo era Apolos, que “con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo” (Hechos 18:28). Y más todavía: Pablo les dijo a TODOS los discípulos: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 Corintios 11:1). Pensemos en eso. Incluso el Mismo Señor Jesús predicó Su propia divinidad. Pablo, Apolos, los discípulos y todos los profetas de la antigüedad predicaron la divinidad del Mesías de Israel. ¿Por qué nosotros no deberíamos seguir su ejemplo?
Si no sabes cómo refutar argumentos en contra de la divinidad de Jesús, aprende a refutarlos. Y enséñales a otros cristianos a refutarlos para que tanto tú como ellos estén limpios...¡y la sangre de otras personas no sea sobre tu cabeza!
Traducido al español por Karin F. Handley
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