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Lo que leemos en la Biblia tiene que ver con todos los seres humanos, sean cristianos o judíos, ateos o agnósticos, budistas, musulmanes o adherentes a alguna de las filosofías o nuevas religiones que surgen en el mundo. ¿Por qué? Ver mayor información sobre este interesante libro.
Jesus saith unto him, I am the way, the truth, and the life: no man cometh unto the Father, but by me.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Jesus spricht zu ihm: Ich bin der Weg und die Wahrheit und das Leben; niemand kommt zum Vater, denn durch mich!
Dios dijo: “Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra.” (Génesis 9:11-16).
El arco es el arcoíris. Un pacto es una promesa. Por eso el arcoíris es el recordatorio de la promesa de Dios a todas las criaturas vivientes de que nunca más destruirá la Tierra con un diluvio. ¿Ha cumplido Su promesa?
Ante todo, vamos a señalar que toda nación y tribu de la Tierra sabe que hubo un diluvio mundial que destruyó toda vida con excepción de unas pocas personas y parejas de animales, machos y hembras. Estas culturas no tenían acceso al libro de Génesis de la Biblia como para haber copiado la historia. Y lo más importante es que los científicos enseñan que hay cinco condiciones que debían cumplirse para que hubiera tantos rastros fósiles de dinosaurios. Solamente el tipo de diluvio que describe el libro de Génesis es el que puede dar lugar a los cinco factores que han de cumplirse para producir el rastro fósil de los dinosaurios.
Tenemos prueba cultural y científica de que el Gran Diluvio sucedió de veras. Y es interesante ver que esas cinco condiciones no volvieron a darse nunca. Porque nunca hubo otro diluvio mundial. ¿Por qué no lo hubo? Porque Dios en Su promesa estableció que nunca más destruiría a personas y animales con un diluvio e inundación mundial. El arcoíris es la señal de Su pacto con el ser humano y los animales. Un pacto que Dios nunca rompió.
El mismo Dios que guardó Su promesa de nunca más destruir la Tierra con un diluvio e inundación mundial también promete vengar toda ofensa que Dios no haya perdonado a través de Cristo. Pero aunque nos arrepintamos no podremos eludir la cosecha de lo que hemos sembrado (Gálatas 6:7). El mundo está lleno de injusticia, crueldad, abominaciones, idolatría, terrores y sufrimiento indecibles. ¿Y dónde está Dios? ¿Lo ve? ¿Acaso Le importa? ¿De veras es lo suficientemente poderoso como para rescatar a la Tierra?
Si consideramos la innegable evidencia de que hubo un diluvio mundial podríamos preguntar entonces: “¿Lo provocó Dios? ¿O sucedió porque sí?”. Bueno, si Dios no tenía poder como para producir un diluvio mundial, ¿cómo podría tener la autoridad para decir que no volvería a suceder jamás? No sería decisión Suya, sino de “las fuerzas” que produjeron el diluvio y la inundación. El problema está en que las “fuerzas” de la naturaleza son neutras y no pueden prometer nada. El sol no puede prometer que no nos quemará. El viento no puede prometer que no nos tumbará. El agua no puede prometer que no nos inundará. Los elementos no pensantes no pueden prometer nada. Solamente un ser inteligente y todopoderoso puede prometer que hará – o no hará – algo. No hay forma de escapar a estas verdades. Entonces ¿qué dice ese mismo Dios, que prometió no volver a destruir a la Tierra con un diluvio, acerca del mal que arrasa en cada rincón del planeta?
Babilonia, aunque era un imperio real, también es símbolo de las abominaciones de la Tierra (Apocalipsis 17:5). Y ha causado gran sufrimiento a gente inocente. En Apocalipsis capítulo 18, entre otros pasajes, leemos lo que le espera. Babilonia ha atormentado a los seguidores de Cristo y a innumerable cantidad de víctimas indefensas que no merecían el sufrimiento que les causó. Y aunque parecía que Dios no prestaba atención, leemos lo siguiente: “porque sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades. Dadle a ella como ella os ha dado, y pagadle DOBLE según sus obras; en el cáliz en que ella preparó bebida, preparadle a ella el doble. Cuanto ella se ha glorificado y ha vivido en deleites, tanto dadle de tormento y llanto; porque dice en su corazón: Yo estoy sentada como reina, y no soy viuda, y no veré llanto; por lo cual en un solo día vendrán sus plagas; muerte, llanto y hambre, y será quemada con fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la juzga.” (Apocalipsis 18:5-8).
Alguien podría argumentar que este y otros pasajes sobre la ira venidera de Dios contra los malvados no son promesas expresas, como sí lo es el pacto que representa el arcoíris. Vemos la destrucción inmediata de ese argumento en el hecho de que los pasajes que hablan de la ira venidera de Dios son Su Palabra, tanto como lo es Génesis. ¿Qué dice Dios sobre Su Palabra toda? Dice que “el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Lucas 21:33).
Por eso también leemos que: “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?” (Números 23:19). Entonces: ¿podemos confiar en que Dios cumplirá Sus promesas? Ya tenemos la respuesta. Una respuesta visible que podemos probar. Dios dijo que Él nunca volvería a destruir a la Tierra con un diluvio e inundación mundial. Y desde que Él lo prometió, la Tierra no ha visto otro diluvio mundial. Es una promesa que Dios cumplió, y su símbolo es el arcoíris. Dios Mismo mira Su arcoíris y recuerda lo que Él nos prometió (Génesis 9:16). Nosotros también podemos mirar el arcoíris, no solo como recordatorio de que Dios prometió no enviar nunca más un diluvio mundial, sino como recordatorio de que Él cumple todas Sus promesas y no sólo la que se refiere al diluvio y la inundación. Sí, podemos confiar plenamente en las promesas de Dios, que literalmente es incapaz de mentir (Tito 1:2).
Traducción al español: Karin F. Handley
HeavenlyManna.net agradece enormemente las traducciones de alta calidad que la Sra. Handley ha proporcionado a los visitantes hispanohablantes.
Based on true events, The Third Man by Angela Sheffield, brings the Bible up close and personal as the characters face real issues of life: Betrayal, deceit, romance, bitterness, anger against God, hopelessness, will power, perplexity, triumph, unforgiveness, mental illness, and the "Alcohol made me do it" excuse. Read chapter one FREE now.
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