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The Third Man by Angela Sheffield is based on a true story. Read chapter one now!
Lo que leemos en la Biblia tiene que ver con todos los seres humanos, sean cristianos o judíos, ateos o agnósticos, budistas, musulmanes o adherentes a alguna de las filosofías o nuevas religiones que surgen en el mundo. ¿Por qué? Ver mayor información sobre este interesante libro.
Beloved, believe not every spirit, but try the spirits whether they are of God: because many false prophets are gone out into the world
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
Geliebte, glaubet nicht jedem Geist, sondern prüfet die Geister, ob sie von Gott sind! Denn es sind viele falsche Propheten hinausgegangen in die Welt.
El libro de Éxodo en el Antiguo Testamento nos brinda el relato de cuando los hijos de Israel salieron de Egipto, librándose de la esclavitud. El lector de Éxodo se entera de las plagas que afligieron a los egipcios como consecuencia de que el faraón desoyera a Dios y no quisiera dar la libertad a Israel. Solo después de que el faraón ignoró la palabra de Dios el Señor repsondió endureciendo su corazón. El faraón seguía negándose a obedecer el mandamiento de permitir que Israel saliera de Egipto, y Dios siguió endureciendo su corazón. Durante este ciclo Dios obró grandes señales y milagros a través de Su siervo Moisés. Tales milagros incluyeron que las aguas del río se convirtieran en sangre, la plaga de sapos, la de langostas que comieron las cosechas, el granizo y finalmente, la muerte del primogénito egipcio.
Algunos han dicho que no fue por el poder de Dios que Moisés obró tales señales y milagros, sino que más bien utilizaba la magia que había aprendido en Egipto. "Los Diez Mandamientos", de Cecil B. DeMill, cuentan la historia de Moisés, a quien Dios salvó de morir siendo un bebé. El gobierno egipcio había decretado que todas las parteras debían matar a los varones hebreos apenas nacieran (Éxodo 1:15-16, 22). Era una orden nacida del temor y resentimiento a la fuerte presencia de los hijos de Israel en Egipto (Éxodo 1:7-16).
Moisés nació mientras estaba vigente este decreto. Dios le salvó la vida y permitió que permaneciera escondido durante 3 meses para que luego la hija del faraón lo encontrara y lo criara como hijo propio (Éxodo 2:1-10). Es lógico suponer entonces que Moisés habrá aprendido las prácticas del ocultismo propias de los egipcios. Pero ¿qué nos dice la Biblia? Si examinamos imparcialmente los pasajes bíblicos sobre este tema, probablemente concluyamos que esa suposición parece tener respaldo en las Escrituras.
Esteban, discípulo de Cristo y luego mártir, les recordó a quienes iban a matarle las palabras de Moisés referidas al profeta que Dios había prometido hacer surgir en Israel. Durante su discurso, recorrió la historia. Esteban dijo: "En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre. Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y le crió como a hijo suyo. Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras" (Hechos 7:20-22 RVR 60).
La sabiduría de los egipcios se apoyaba en creencias asociadas con lo oculto en tiempos modernos, y se practicaba la magia con asiduidad (Génesis 41:8; Éxodo 7:22). Por eso no hay motivo para disputar la creencia de algunos en cuanto a que Moisiés hubiera aprendido artes esotéricas y las practicara en cierto momento de su vida. Pero la pregunta más importante es si las señales y milagros que le seguían en Egipto eran del poder de Dios o de Satanás. ¿Cómo puede el lector de las Escrituras saber con certeza que Moisés no estaba usando la magia que podía haber aprendido en Egipto luego de que Dios le llamara para guiar a Israel a la Tierra Prometida?
Ante todo, el lector debe entender plenamente la alta estima en la que tenían los antiguos al conocimiento y la educación. Se consideraba que la sabiduría era un tesoro. La palabra "tesoro" aparece a menudo en las Escrituras, no solo en referencia a riquezas tangibles sino también al tesoro de la riqueza en conocimiento. Proverbios 2:2-4 dice: "Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros" (RVR60).
El pasaje del libro de los Hechos que mencionamos antes declara con toda claridad que Moisés conocía toda la sabiduría de los egipcios. Así que tenía no solo riqueza física sino también el tesoro del conocimiento egipcio.
Pero ¿qué dicen las Escrituras sobre cómo respondió Moisés cuando se le dio a elegir entre quedarse en los tesoros de Egipto o abandonarlos por los tesoros de Cristo? Hebreos 11:24-26 nos dice que: "Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón" (RVR60).
No, no hay libros "perdidos" de Moisés que supuestamente revelen que utilizó la magia. El pasaje de Éxodo 7:9-12 relata el momento en que Dios envió a Moisés y a su hermano Aarón ante el faraón para demostrar Su autoridad. Las Escrituras dicen que Aarón arrojó su vara delante del tribunal del rey, y que ésta se convirtió en serpiente demostrando el poder de Dios. El faraón no quiso humillarse y respondió ordenando a sus hechiceros y magos que hicieran lo mismo. Así, arrojaron sus varas al suelo y también estas se convirtieron en serpientes. Había serpientes de la vara de Aarón y serpientes de las varas de los magos egipcios. Pero ¿qué sucedió? Éxodo 7:12 nos recuerda que "la vara de Aarón devoró las varas de ellos" (RVR60). Las señales y milagros de Dios jamás fueron por poder del enemigo sino por el poder del Espíritu de Dios cuya autoridad avergonzó públicamente a los magos de Egipto. Moisés, el hombre que había aprendido los tesoros de Egipto, los rechazó por los tesoros de Cristo.
Traducción de Karin F. Handley
Based on true events, The Third Man by Angela Sheffield, brings the Bible up close and personal as the characters face real issues of life: Betrayal, deceit, romance, bitterness, anger against God, hopelessness, will power, perplexity, triumph, unforgiveness, mental illness, and the "Alcohol made me do it" excuse. Read chapter one FREE now.
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